Ruta 1: Los sueños sin soñar

por **Plushy** Miér Ene 16, 2013 1:30 pm

Zaurak era la región más aburrida donde ella había estado, el sol resplandeciente en el cielo, la fresca brisa soplando débilmente meneando las hojas de los árboles, sólo faltaba pintarle una carita sonriente a las nubes para que aquello pareciera un paisaje de cuento. Nada comparado con el valle de la muerte de Saurathorn donde encontró una corona de giratina o los volcanes activos de Karath que escondían las gemas hechas con la piel de groudon.

Pero le gustaba esa sensación de paz y tranquilidad.

Y al litwick le gustaba el paisaje.

—¡Deja de seguirme! —Pero el pokemon hizo caso omiso a su plegaria.

Corrió hacia unos arbustos donde intentó esconderse, asomó la cabeza para ver si aún la seguía, pero no se veía nada dentro de la panorámica del bosque. Al volver la cabeza estaba ahí usando el ataque de impresionar.

por **Plushy** Vie Ene 18, 2013 12:08 am

El litwich sonreía mientras la castaña yacía convulsionando en el piso, al parecer se alimentaba del dolor ajeno.
—No sabes como te detesto
Y el pokemon echo a reír.
—Deberías estar espantando gente con cadenas horribles y gritos de ultratumba en la mansión, no aquí en el bosque donde lo que da más miedo es tener un ataque de urpicaria.
La risa cesó. Entonces su flama comenzó a crecer y pequeños fuegos comenzaron a surgir y a danzar a su alrededor hasta formar una especie de mensaje:
No quiero estar solo
Casi todo el mundo sabe que los pokemons fantasmas habitan en lugares tétricos y solitarios como los cementerios o casas abandonadas y se especula que viven ahí por toda la eternidad, pocos se preguntan lo solitario y triste que puede ser eso.
—Oh, que triste y conmovedor...
El pokemon asintió
—Eso te diría si me importara aunque fuera un poquito.
Ahora fue el litwick el que cayó de costado.
Y Plushy siguió su caminata.

por **Plushy** Vie Ene 18, 2013 12:21 am

Litwich seguía a sus espaldas

—¿Con un demonio qué tengo que hacer para que dejes de seguirme? —Intento darle un par de manotazos pero estos lo atravesaban. —Cierto... los ataques de lucha no sirven contra los pokemons fantasma, me pregunto si algo de esto servirá.

Volvió a revisar la mochila y lo primero que sacó fue una pokebola.

—¡Alejate de mi! —gritó mientras la arrojaba. Le dio justo en la cara y el pokemon se transformó en una luz roja entrando a la pokebola. Tuik...Tuik... Pump.... el pokemon estaba capturado.

Normalmente una persona normal se alegra mucho cuando captura su primer pokemon, y ella estaba feliz.

—Bien, ahí no me molestarás más.

Avanzó un par de metros cuando algo salió de los arbustos...