Capítulo 1: Dudas

Llegue hasta el cartel que indicaba que me encontraba en la ruta 1, y me deje caer junto a el. El agua me había calado por completo, y no cesaba de temblar a causa del frío... o de la sensación que el estar mojado producía ya que, en realidad, las nubes se habían disipado y el sol brillaba de nuevo en el cielo. Aquel sol... a pesar de brillar con intensidad, no parecía calentar lo más mínimo, curioso, ¿verdad?.

- ¡Hey! - dijo una voz detrás de mi.

- Allí hay un hombre - dijo otra a continuación.

- Ya lo he visto, ¿qué te crees? - repitió la primera voz.

Gire la cabeza, y pude distinguir a ver a dos personas casi idénticas mirándome con curiosidad. Parecían casi idénticos, si no me equivocaba serían mellizos. El primero de ambos al igual que la chica, tenía los cabellos del color del oro, y unos profundos ojos azulados. De repente sentí como me mareaba, y mi vista se empezaba a nublar de forma, que caí al suelo inconsciente.

- ¡Hey! - volvió a gritar la chica.
- ¡Hey! - grito el chico al mismo tiempo mientras corrían hacia mi.

Mellizos Thunder:

Desperté escuchando el crepitar del fuego, y un par de gritos a juegos. Abrí los ojos lentamente. Me encontraba dentro de un saco de dormir, boca arriba, contemplando las estrellas... y... de repente vi como un rayo emanaba de la nada y caía justo a un par de metros de donde me encontraba. De un salto me puse de pie, o como pude, ya que al estar dentro del saco, no me pude estabilizar bien, y caí de nuevo al suelo con un grito.
Una risotada resonó por todo el lugar, y fue acallada tras un fuerte golpe y una queja. Mire como pude de donde provenían aquellas voces, y allí me encontré con los mellizos que ví antes de desmayarme, solo que ahora... ahora iban con un mono de pikachu... como un pijama. Mi rostro se volvió pálido al instante. ¿Qué clase de personas eran?, perecían además, mucho más pequeños de lo que era yo, ¿qué hacían solos allí?

- ¡Se ha despertado! - grito el chico, palpándose en cogote, donde empezaba a hacerse notar un chichón.
- No me digas, no lo había visto - se burló la chica con un tono irónico.
- ¡Era por si acaso! - volvió a gritar el chico.
- ¿Quieres dejar de hablar tan alto? - protestó la hermana. - traele algo para ponerse... no estaría bien visto que se pasease en cueros por medio del bosque.
- ¿En cueros?, ¿y su ropa? - protestó el chico.

Una sonrisa malévola de la joven hizo estremecerse al chico, y a mi, empujando levemente la tela del saco y comprobando efectivamente que iba en ropa interior. Mire asustado a la pareja, mientras estos me traian un mono a juego con los suyos de pikachu. Mi rostro se volvió sombrío y no pude evitar gritar, cuando entre ambos, bajaron la cremallera del saco.

Gruñí un tanto irritado, mientras me rascaba detrás de la oreja... de la oreja de Pikachu. En efecto, ahora mismo llevaba uno de aquellos ridículos monos de pikachu, el cual, había que reconocerlo, era caliente y confortable, pero no paraba de picar... se notaba que era uno de repuesto. Además, me quedaba pequeño y muy apretado... ¡Qué agobio!

- Te ves muy lindo así. - dijo Liss, la chica de los dos.
- Pero jamás te verás como yo, así que no te hagas ilusiones. - concluyó Charles, terminando en una leve risa.
- Esto no es cómodo. - Refunfuñé yo mientras intentaba encontrar la cremallera para quitarme semejante atuendo. - Así que devolverme mi ropa.
- ¿Hum?, ¿tu ropa?, se esta secando junto al fuego, no sería recomendable - dijo con una especie de sonrisa tenebrosa Liss.

Suspiré resignado y me volví a meter en el saco de dormir, intentando descansar algo para continuar mañana con mi viaje.

Mono de Pikachu:

Me despertaron cuando aún era de noche, de seguro que no había pasado ni veinte minutos desde que me dormí. Me volví con cara de malos aires, y mire a Lissbeth quién estaba de cuclillas observandome atentamente. Ella me hizo un gesto para que me levantase, y la siguiera. La mire extrañado, pero al final accedí.
Caminamos un par de metros adentrándonos en el bosque, y cuando llegamos a una especie de claro con un pequeño lago, Liss me señaló a una pequeña figura que se encontraba en este. Era un pokemon jóven, probablemente un cría, que miraba a las aguas del lago con tristeza.

- ¿Qué pokemon es? - pregunté intrigado.
- No se, quizás deberías decirmelo tu... - contestó Liss
- ... Salió de la pokeball que llevabas encima hace un par de minutos... - continuó Charles, quién me sobresaltó, al no sentir su presencia en el lugar.
- ... parecía asustado. - concluyó Lissbeth.

Mire frunciendo el ceño al pokemon. Era aquel que había cogido del almacén de padre. Un pokemon que nunca había visto... Que curioso...

Estuvimos admirando un rato más al pokemon del lago. Por alguna causa desconocida, se sentía como si una profunda tristeza rodease aquel lugar, transmitiendo dicho sentimiento a cualquier ser vivo de alrededor. Menuda tontería, ¿no?. Me puse de pie, sin aparatar la vista de aquel pokemon, y este pareció percatarse de nuestra presencia, y se volvió de pie, con una mirada desafiante. Liss y Charles se levantaron también y llevaron su mano a su cintura.

- No es mío - concluí. - . Vamonos, dejarle en paz.
- ¡¿En serio?! - exclamó Charles -. Entonces podremos capturarlo...
- ... y cambiarlo por algún lindo pokemon - concluyó Liss

Los mellizos saltaron hacia delante, saliendo del bosque que los ocultaban, y sacaron una pokeball cada uno. Se miraron sonrientes, y se prepararon para la batalla.

Liss lanzó su pokeball al aire, y esta la cogió de un salto Charles. Ambos se miraron con una sonrisa, y asintieron satisfechos. Me llamo bastante atención la pokeball... estaba llena de pegatinas. Realmente peculiar. Me obligue a centrar la atención en el combate sacudiendo levemente la cabeza disipando el resto de pensamientos, mientras Charles lanzaba la pokeball.
Cuando la pokeball se abrió, un gran resplandor ilumino el lugar, y varios rayos salieron rodeando al Shinx que acababa de salir de la pokeball. Este Shinx no era normal... Tenía un color peculiar, anaranjado en vez del azul característico. ¿Sería uno de esos pokemons variocolor de los que la gente hablaba?.

- ¡Excelente Shinx! - Gritó Lissbeth -, creo que podríamos usar esas pegatinas para el próximo concurso, ¿verdad Charles?.

- Ajam, fue espectacular... - respondió este mirando a su hermana -

¿Concurso pokemon?, asi que a eso se dedicaban aquel par de personajes extravagantes, a concursos pokemons... Malditos...

¿Coordinadores pokemon?, ¿esos dos eran coordinadores pokemon?, aquellos mismos que ridiculizaban a los pokemons haciéndoles actuar ante una multitud de personas como si de payasos de circo se tratasen. Asquerosa basura...
Mire al pequeño pokemon del lago. Iba a ser capturado por aquellos dos estúpidos con el único objetivo de ser intercambiado en un futuro.Yo solo quería dejarle allí en libertad, no quería que el fuese condenado a la tarea en la que un principió estuvo destinado. Pero... ¿Qué sería más cruel?, dejar que lo capturasen, o llevarlo con migo. Ninguna de las dos opciones sería buena para aquel pokemon. Pero por lo menos no dejaría que lo tratasen como mercancía.
Si no me equivocaba, la pokeball de la que salió tendría que estar junto a la hoguera, donde estaban todas mis cosas. Volví a mirar al pobre pokemon, mientras empezaba a pelear contra el Shinx, y me volví corriendo hacia donde había dejado su pokeball.

Llegue corriendo al improvisado "campamento" y empecé a rebuscar entre todo lo que había por allí. ¿Dónde diantres habían puesto mis cosas?. Rebusque entre la ropa que se estaba secando junto al fuego, y nada. En el saco de dormir, tampoco en... en... ¿Qué hacía un peluche de Pikachu con mi bolsa puesta?.
Corrí hacia el peluche, y le quite la bolsa, dejando que el primero cayese en el suelo. No me costo mucho encontrar la pokeball entre mis cosas. Una vez la encontré la examine un par de segundos comprobando que era la pokeball que había traido con migo, y me volví a introducir en el bosque hacia donde se encontraban los gemelos y el pokemon.

Llegué juntó a los mellizos justo cuando el Shinx realizaba un placaje contra el pokemon, que cayó al suelo agotado.

- ¡Genial Shinx! -gritaron los mellizos al unisono.

- ¡Ya esta acabado!, ¡Capturemoslo! - continuó gritando Charles.

- Hum... - comenzó Liss rebuscando entre los bolsillos del mono de pikachu -, yo no tengo pokeballs, no he traido.

- ¿¡¿Qué clase de entrenador no tiene pokeballs a mano?!? - continuó Charles montando cada vez mayor escándalo.

- ¿Y tus pokeballs? - pregunto Liss tras un profundo suspiro.

- ¿Hum...? eto... yo... tampoco tengo. - termino reconociendo el mellizo.

Observe la escena ciertamente aliviado, aun que el pokemon del lago estuviese casi al borde de la debilitación. Corrí hacia el, apartándolo de Shinx, y apoye mi pokeball contra su frente, presionando el botón y metiendo al pokemon de nuevo en la pokeball.
Charles y Liss pararon su pelea sorprendidos y me miraron con curiosidad.

- ¿Qué estáis mirando? - protesté cuando me di cuenta de que me miraban.

"¿Qué estáis mirando?" pregunté dirigiéndoles una mirada de ultratumba. Estaba bastante enfadado, y cada vez mas... aquellos dos cretinos... ¡Agh!. Me levanté del suelo, guardando la pokeball en uno de los múltiples bolsillos del mono de pikachu, y comencé a caminar hacia el "campamento". Los mellizos me siguieron a una prudencial distancia, sin saber muy bien que hacer.

Cuando llegamos al "campamento", cogí mi bolsa, y mi ropa, aun que aún estaba un poco mojada, y me dispuse a volver al camino de la ruta. Los mellizos apenas dijeron nada, se quedaron mirando fijamente, y se perdieron entre la espesura.

Ya era medio día cuando decidí pararme a descansar. El sol estaba en lo más alto, y hacía un bochorno horrible. Hacía tiempo que me había quitado el mono de pikachu, y me había puesto mi ropa mojada... que nada más salir el sol se secó. No sabía que hacer con el mono, ciertamente no era mío, y no me lo podía llevar, además de que era muy pesado y daba mucho calor... Aquellos mellizos también iban por la ruta 1 seguro que si se lo dejaba por aquí...

- ¡Hola! - dijo una voz familiar a mis espaldas -, ¡creíamos que nos habrías sacado más ventaja!, ¿o es que ya te has cansado de andar Chico-sin-nombre-desmayadizo-roba-pijama-de-pikachu-que-le-prestamos-con-la-mejor-intención-del-mundo-y-el-se-porta-superborde?

Me dí la vuelta lentamente. No podía ser... ellos de nuevo no.

- ¿Con qué Quail eh? - comenzó Lisbeth mientras abría el envase de una chocolatina - , tsé, si que te ha costado decirnos tu nombre, ni que fuese para tanto...

Charles asintió con la cabeza enérgicamente mientras se dejaba caer a mi lado, y le arrebataba la chocolatina a Liss, quién enseguida saco otra como si ya hubiese previsto aquello.

- Tomen su mono, y vayanse. - les dije secamente apartando mi vista de ellos.

- ¿Por qué? - preguntó Liss - , supuestamente vamos al mismo lugar, y atravesar la ruta los tres juntos sería más fácil, por no decir que nosotros apenas tenemos experiencia en este tipo de viajes...

Dirigí mi mirada a la melliza, en el fondo lo que acababa de decir era cierto... yo tampoco tenía experiencia en esto, y si fuesemos tres... Pero no, no con ellos... Pero si no... ¿con quién?

De alguna manera u otra había acabado aceptando la petición de los mellizos, e iríamos juntos hasta la próxima ciudad. "Por lo menos hasta la próxima ciudad" habían dicho ellos, "hasta la próxima ciudad" sería el término más acertado, en cuanto fortaleciese a mi nuevo pokemon, sería capaz de ir a cualquier lugar sin tener que soportar a gente como... esta, ni siquiera sabía si a esta podría soportarla, por eso, me intentaba mantener a una prudencial distancia de ellos...

- ¡Venga Cú, qué te quedas atrás!

- No me llames Cú... - dije entre dientes mientras apretaba los puños y aceleraba mis pasos para alcanzarles.

Llevábamos ya caminando un par de horas, una gran nube había ocultado al sol, disminuyendo levemente la temperatura, cosa que se agradecía enormemente. Lissbeth y Charles seguían caminando alegremente sin mostrar el más mínimo síntoma de cansancio, mientras que yo, casi no podía caminar más, pero mi orgullo me impedía pararme antes que ellos.

De repente Liss se paró en seco, y agarro de la muñeca a Charles. Ambos miraron al mismo punto fijamente. Cuando los alcancé, también dirigí mi vista allí. Un pequeño pokemon observaba el cielo en medio del camino de la ruta.

- ¿Qué pokemon es ese? - pregunté en un susurro.