Capítulo II: Bosque silencioso

Lentamente, el pequeño de Zard se acercó hacía nosotros y saludo al pequeño surskit con una agradable sonrisa.

Me relajé al ver como el cuerpo del insecto recuperaba su color y brillo, podría dejar que siguiera tranquilo su camino en busca de alguna posadera o laguna cercana en la cual establecerse. Acaricié la cabeza del surskit y me despedí de él con un gesto de mi mano mientras le hacía un llamado de atención a Zard.

Sin decir ninguna palabra, nos dimos la vuelta y encaminamos hacía la ruta.

No nos demoramos mucho en atravesar el follaje para dar con la ruta, ya había descendido el astro rey y su reina se estaba haciendo notar en lo alto de la cúpula.
El pequeño cuerpo del pokémon de fuego ya casi no respondía, avanzaba entre bostezos, no muy distinto de como iba yo, dando grandes bostezos mientras refregaba mis ojos con las manos para mantenerme despierto.

La oscuridad impedía que pudiéramos ver más haya de unos cuatro metros. Entonces, un espectáculo muy bello se hizo presente en la ruta, una gran cantidad de volbeat e illumise se encontraban revoloteando en una especie de danza que iluminaba todo. Nos detuvimos para admirar aquello un instante, antes de continuar nuestra caminata entre ellos.

— Parece que fuera de dia.— Opiné admirando la belleza con que los cuerpos de aquellos pokémon se iluminaban en la noche.— ¿Quieres descansar o continuamos un poco más?

Me quedé mirando al pokémon anaranjado que negó con su cabeza. No dejaba de admirar a los volbeat e illumise, pero al parecer, no eramos los únicos que estaban aún despiertos en el bosque. Un grupo de luciérnagas se alejó de un sector de la ruta, algún pokémon había despertado y ahora estaba atacando a los insectos.

El miembro 'Green' ha efectuado la acción siguiente: Dados

'Ruta 1' :

Resultados : 16

Un Venipede Salvaje estaba atacando a los demás Pokémon que se encontraba en su camino, al parecer este Pokémon no estaba muy contento por algún motivo, entonces apareció cerca de la Ruta y pudiste verlo, al igual que el te vio a ti con bastante "mala cara".

Apenas vi a la criatura a unos metros de nosotros, saqué la pokedex y analicé sus datos. Era una venipede, del tipo veneno, y, claramente, se podía ver que era un pokémon muy mal genio.
— ¡Tranquilos!-Capté la atención de los volbeat e illumise.— ¡ Aléjense! Nosotros nos encargamos, ¿Verdad, Zard?

El pokémon me miró y se puso ante mí, gruñó al ciempiés que estaba al otro lado mientras abanicaba su cola de un lado a otro y acomodaba su centro de gravedad. Se le veía ansioso por batallar, al igual que yo, pues veía en aquel pokémon una gran posibilidad de hacerlo parte del equipo.
— Acércate un poco y usa tu ascuas, no permitas que se acerqué demasiado, si lo hace, repelelo con tu arañazo.

Inmediatamente, el pokémon se aproximo unos cuantos metros al venipede, lo distanciaba poco más de dos metros, y exhaló una serie de pequeñas bolas de fuego, como si fueran brasas, sobre su objetivo.

Extrañamente el Pokémon Salvaje no intento evadir tu ataque sino que uso Rizo Defensa mientras era impactado por las Ascuas las cuales le causaron un grave daño, sin embargo el Venipede no retrocedió ni 1 centímetro, es más se acerco hasta estar a menos de 1 metro de distancia del Charmander del entrenador.

Las ascuas habían sido efectivas, pero el insecto avanzó lentamente hasta quedar muy cerca de Zard. Aunque, de forma inmediata, el pokémon de fuego se alejó hacía la derecha para quedar en un rango seguro.

Podía esperar el próximo movimiento del insecto, sería muy duro y efectivo, pero no podía dar marcha atrás. Su energía debió haber disminuido de una forma considerable tras el ascuas de Zard, por lo que debíamos continuar desgastandole.

— Una vez más, usa tu ascuas y si ataca, busca la forma de frenarle.— Esperaba que el próximo movimiento fuera físico, era muy común el uso de rizo defensa y desenrrollar en los venipede.

Tal como hace unos momentos, la boca del charmander se abrió y disparó una serie de balas incandescentes que golpearon al venipede de lleno.

Tal cual el entrenador predijo el Venipede Salvaje uso Desenrollar, giro y giro sobre su cuerpo sin detenerse aun con las ascuas de Charmander impactandolo y siguió hasta golpear con gran fuerza al Pokémon de Green provocandole un tremendo daño.
Charmander quien había sido arrojado al suelo por el golpe, se levanto con un poco de dificultad, mientras el Venipede Salvaje dejo de girar y te miro por un momento, entonces te diste cuenta de que no se podía mover. A pesar del gran ataque de Venipede este había recibido demasiado daño y por ello apenas lograba mantenerse en pie.

— ¡Resiste!-Le grité a mi pokémon que se levantó con demasiada dificultad, se le veía magullado con algunas rasmilladuras por su lomo y brazos.

Sabía muy bien que mi pokémon había terminado muy agotado, un desenrrollar combinado con rizo defensa, solía ser, un golpe de fulmimante. Debía hacer uso de la poción prontamente en mi pokémon, pero no podía ignorar al ciempiés, aun cuando estuviera inmovilizado, si lograba usar un poco de energía, el próximo deserrollamiento vendrá con muchísima más fuerza.
— Es todo o nada...

De uno de los bolsillos exteriores de mi bolso, saqué una de las pokeball que me había entregado mi abuelo y la tiré sobre el pokémon salvaje, si lograba capturarlo podría encargarme de sanar las heridas de Zard y que los volbeat e illumise continuarán con su baile, en cambio, si fallaba, sería nuestra primera derrota...

El Venipede entra a la pokebola. Esta se mueve una... dos.... y tres veces, hasta que por fin se queda quieta.
El pokémon había sido capturado con éxito.


No olvides añadir los datos de tu nuevo pokémon en tu ficha de Almacenamiento.

OFF: Si quieres seguir usando a Charmander en Batalla deberás recuperarlo usando una Poción o se debilitará fácilmente.

Los volbeat e illumise se acercaron al ver que el peligro había pasado, gran cantidad de ellos rodeo a su salvado y le ayudaron a mantenerse de pie mientras yo suspiraba y me acercaba a recoger la pokeball en la que se encontraba el pokémon ciempiés.
— Si que diste problemas, a pesar de tu tamaño.— Miré la pokeball que estaba en mis manos y la acople en mi cinturón, aún no debía dejarlo salir.— Gracias por ayudarle.
Me dirigía a los pokémon que ayudaban a Zard a estar consciente. En silencio, saqué una poción de los bolsillos exteriores de mi bolso, mientras me acercaba a mi pokémon de fuego para poder sanar sus heridas y que recuperase su energía. Al verme ya cerca, los pokémon lo recostaron sobre el pasto, aquello me permitió hincarme junto al charmander y rociar sus heridas con la poción, la cual sirvió funciono en su totalidad. Sin embargo, debía descansar, pues aún estaba débil.

Zard me miraba con una sonrisa, ya estaba totalmente lúcido, pero no podía moverse. Por ello, lo cargué en mi espalda para caminar en busca de un lugar donde pasar la noche, no sin antes, lanzar la pokeball del recién capturado venipede.
— ¡Adelante!— Grité mientras la esfera golpeaba el suelo y liberada un haz de luz que se materializaba en un pequeño insecto de color lila con un par de ojos amarillos.— Mi nombre es Green y el pejelagarto que luchó contigo es Zard, espero podamos llevarnos bien.— Nos presente al pokémon que nos miraba algo desconfiada y temeroso, muy distinto, al que había visto en batalla.
— Veeeeenipede.— Su voz era muy fina, enroscó su cuerpo formando una pequeña bola.
— ¿Puedo llamarte Sco?
El venipede se desenrosco un poco, dejando ver solo su cabeza, tardo un poco, pero asintió con ella y volvió a esconderse en su armazón esférica. Me era gracioso pensar en lo tímido que era fuera de batalla, pero sin duda, aquello hacía que me pareciera un pokémon único.

Hice un llamado de atención a Sco, con Zard en mi espalda, iniciamos una caminata bajo la luz de la luna por la ruta en busca de una zona donde descansar. No demoramos mucho en dar con un pequeño claro en el cual podría dejar mi saco de dormir y preparar una fogata, di una revisada rápida a mi poketech, ya era más de media noche.
Preparar el campamento fue fácil, dejé mi bolso junto a mi mientras tendía a Zard sobre una colcha de hojas que había preparado, sin darme cuenta, Sco. Inmediatamente, saqué y extendí mi saco de dormir junto al pokémon de fuego, en lo que el pokémon insecto volvía con pequeñas ramas y hojas secas que había recolectado de un árbol cercano, gracias a su capacidad para trepar y sus fuertes fauces.
Dejé mi cuerpo caer sobre el saco, Sco se acercó y me quedó viendo por el lado. Parecía querer decirme algo, pero no sacaba palabras, ni quería molestar al charmander que ya dormía plácidamente en su "camilla". Sin embargo, en un movimiento de su cola, pude ver como las dos púas que habían en ella dejaban caer un líquido lila.
— Es veneno, que raro ¿Por qué lo goteas?
Sin volverse "bolita", el pokémon levantó la parte trasera de su cola por sobre su cabeza e intento disparar su veneno, pero no pudo. Comprendí lo que quería decirme, ignorando mi sueño y cansancio, me levanté del saco de dormir y apunté un tronco de árbol cercano.
— Usa tu picotazo venenoso contra eso hasta que sea óptimo.— Le ordené amablemente, no quería asustarle ni nada, más bien, quería darle algo de seguridad.— Si lo usas contra el tronco, nadie saldrá herido.
— Veeenipede veeeni— Sonrió el insecto antes de dirigirse a una distancia de unos cinco metros de su objetivo y elevar, una vez más, su cola por sobre su cabeza.— ¡Peeeede!

Me mantuve un largo rato despierto para admirar el esfuerzo que realizaba el pokémon por dominar su ataque, por desgracia, mis fuerzas mermaron y acabé dormido junto a Zard.
El espíritu de superación de Sco era sorprendente, al despertar a la mañana siguiente por el canto de algunas aves, pude ver casi la totalidad del tronco con dardos finos y una coloración lila en su corteza, aún lado, dormía el pokémon insecto.

Total mensajes: 42

¡Aprendizaje Picotazo Venenoso bajo Entrenamiento Aprobado!

Venipede aprende...
- Picotazo Venenoso

Recuerda añadir esta información en la ficha de tu pokémon.

Zard despertó poco después, me quedó mirando, pues cargaba entre mis brazos al venipede que dormía profundamente. Un bostezo del pokémon de fuego antes de ponerse de pie y caminar me basto para entender que este ya había recuperado sus fuerzas.

El pokémon de fuego se encargó de recoger y guardar el saco de dormir junto a otras cosas. Entonces, empezamos nuestra caminata por lo que restaba de la ruta 1.

No fue mucho lo que tuvimos que caminar para dar con un cartel que anunciaba el inicio de la ruta 2, los ojos de Zard y los míos se iluminaron bastante mientras Sco continuaba durmiendo en mis brazos.
— ¡Vamos!

Haz cumplido los requisitos exigidos para pasar a la siguiente Ruta, bien heco!